LA POSADA DE LA LUNA (ROL MEDIEVAL)

[sir godofredo]

((Os ruego perdonar mi ausencia. Javiertus ha sido expulsado injustamente, y por ende he debido crear un nuevo emisario...))

"Ella es tan monstruosa como vos y vuestro bosque, mis estimados Argents, o como yo mismo" replicó el anciano sin titubear, más cuidando que sus palabras no tuviesen el menor timbre de enojo o desdén. "¿Acaso no sabéis lo suficiente de mí como para creerme capáz de traer perjuicio a mis vecinos de tantos años?" Ahora la voz del viejo sonaba algo más familiar, aunque todavía muy recatada.  

[LennaSuace]

El enano que había hablado arrugó la nariz en un gesto de desagrado por encontrarse desarmado. En efecto, Sir Godofredo era conocido, muy bien conocido, en el bosque. Jamás se había tenido problemas con él.

"Es la primera vez que traéis gente con vos, anciano. Y, sobre todo, laharianos (miró a Lenn que ya se había puesto de pie) El bosque ha tenido malas experiencias con los laharianos que han venido y no quiere en su seno a otro más".

Lenn no sabía qué hacer o qué pensar. Los Argents no parecían querer transigir. Por sus venas sintió correr una furia que nacía de la frustración. Habría querido destrozar a esos enanos. Sentía que se cegaba... hasta que reaccionó asustada por esa sensación. Algunos enanos parecían prestar a tención a sus sensaciones. "¿Es que también pueden saber lo que pienso y siento?" pensó.  

[sir godofredo]

"Os concedo el punto de vuestro argumento" respondió algo más relajado el viejo caballero, "pero así como yo mismo nací en lo que ahora es Lahar, mi acompañante tampoco es reponsable por los crímenes de sus compatriotas, como tampoco vosotros mismos compartís la culpa de los actos de ciertos habitantes del bosque que ambos conocemos y despreciamos, ¿me equivoco acaso?"

Sir Godofredo había tenido ya hacía muchos años una plática similar con aquél mismo Argent el día que por vez primera se adentró en las zonas profundas del Bosque de la Luna. Si bien no todo el bosque estaba protegido por estos seres, a donde ellos se dirigían era algo más especial. Ningún esbirro de las sombras había nunca penetrado en dicha región, ni siquiera algunos de los propios hijos del bosque, y esto era gracias a los plateados guardianes de los que --se sospechaba-- el bosque había recibido su nombre.  

[LennaSuace]

"Tsssk ..." El enano pareció completamente desarmado por un instante. Luego recobró su aplomo y continuó: "No negaré que se han dado casos... ¿A qué habéis venido, Godofredo? Percibo vuestra ansiedad y tal vez algo más - miró de reojo a Lenn - Recordad que no podéis entrar más allá de los límites del Cuarto Creciente del Bosque, y me parece que queréis ir más allá. Desde ya os digo: retroceded porque nadie pasa ahí".

Una brisa suave empezó a correr. Lenn pensó que aquello era agradable... sentir la brisa del bosque en su rostro, aspirar el aroma de la tierra... Al cabo de un rato, empezó a sentir que su cuerpo se enfriaba como si el frío naciera desde su interior. Se volvió hacia los demás, sus movimientos eran lentos, el caballero parecía sentir el mismo estupor. Sir Godofredo, en cambio, mantenía la calma.

Los Argent sonrieron levemente. Era algo despiadado lo que se reflejaba en sus rostros. "Aquí está, Godofredo, la muestra que de aquí no pasáis. A medida os acerquéis a los límites del Cuarto Creciente del Bosque, este frío congelará vuestra sangre en vuestros músculos y seréis estatuas. Sed sabio, Godofredo, y retiraos".

Con esto, los Argent desaparecieron, dejándonos en ese ambiente.  

[sir godofredo]

El anciano caballero esperó unos momentos más, y luego, tan de improviso como los Argents habían llegado, se dió la vuelta hacia Lenna y el caballero elfo: "¡Daos prisa, debemos preparar un círculo de protección! Lenna, ¿conoces magia del fuego?" Su voz se notaba llena de ansiedad.  

[LennaSuace]

Por toda respuesta Lenn extendió los brazos, con las palmas al frente, como tomando distancia de sus compañeros.

La Magia del Fuego consistía en una serie de conjuros que podían ser invocados según necesidad. Sólo un mago poderoso podía hacerlo solo, sin que peligrara su vida. El fuego, como ya se sabe, podía ser vida, pero también destrucción.

Los laharienses eran los seres que se prestaban a esta magia por la calidad de sus tierras y ambiente, sin embargo ya eran pocos los que podían hacer uso de ésta. Lenn la había aprendido de un viejo y atormentado mago que terminó convirtiéndose en el monstruo que destruyó varia familias... incluyendo la suya. Los monstruos de Lahar eran temidos por la potente combinación de la magia negra y la magia del fuego.

Sir Godofredo extendió sus brazos y palmas aliviado. El caballero, sin comprender mucho de qué iba la cosa, los imitó. Entre los tres formaron un círculo, manteniendo los tres la distancia de un brazo el uno del otro y sin topar las palmas. Sir Godofredo y Lenn concentraron sus poder en crear una cadena de calor.

"Concentraos en sentir el calor, caballero" le dijo Lenn al caballero. El caballero respiró profundo y cerró los ojos. Casi de inmediato sintió que sus palmas ardían.

Sir Godofredo recitó cuidadosamente: "Ignis dê vitae, Ignis dê mortis, daturn is calôris dê astrum"

(Eh... imaginen que ese latín está correcto, por favor sweatdrop )  

[sir godofredo]

El ambiente cambió poco a poco alrededor de ellos: si bien para ese momento los tres sentían suficiente ardor en la piel como para estar incómodos, a pocos pies de ellos el suelo verde del bosque se tornaba cada vez más blanco, hasta que todo en derredor se veía nevado.

Se hizo un silencio espectral, y sintieron cómo el viento amainaba. Los viajeros se hallaban ahora en lo que parecía una serie de cavernas heladas, ya completamente a oscuras gracias al hielo que terminaba de bloquear todos los pasajes de luz en las copas de los árboles.

"Lumine est lumina!" y al instante se hizo un pequeño globo de pálida luz blanco-azulada que fue a posarse a unos cuantos pies sobre sus cabezas. "Almenos ahora podremos ver nuestro camino. ¿Recordáis que os advertí contra los habitantes de las raíces si no viajábamos de día? Pues tened cuidado ahora: la oscuridad es su medio natural."

Luego de hacer una breve comprobación, el anciano decidió que ya era seguro avanzar sin perder el círculo de fuego. "Vamos, la Luna Llena del bosque está por aquella dirección."

((Trato hecho, si vos perdonáis el mío... wink )  

[LennaSuace]

Lenn y el caballero jamás habían visto habitantes de las raíces, de manera que no sabían qué esperar. Sin embargo, las advertencias de Sir Godofredo les pareció suficiente para estar atentos.

Avanzaron entre aquella blancura, que se antojaba de plata por momentos. Lenn notó que lo que le parecía plateado eran como lagunetas de nieve disimuladas en lo blanco.

"Agradable paisaje" dijo el caballero, mirando en derredor.

"Sed precavido, estos puntos de plata no me resultan del todo confiables" acotó Lenn. Sir Godofredo se veía pensativo, casi preocupado. Repentinamente exclamó: "¡Cierto! ¡No piséis, ni siquiera rocéis esos puntos de plata! Los Argent los dejan a manera de trampa escondida. Si dáis con uno de ellos os..."

Las palabras de Sir Godofredo se vieron interrumpidas por un grito de sorpresa: el caballero había puesto el pie en un punto de plata y sufría de una extraña transformación... su pie, pegado en el punto, ¡se convertía en plata!

"¿¿Pero qué...??" Por unos instantes todos se quedaron viendo cómo la plata empezaba a invadir la pierna del infortunado caballero.  

[sir godofredo]

Sir Godofredo detuvo la mano de la joven cuando ella intentaba socorrer al caballero. "¡Cuidado! Si le tocáis no seréis capaz de libraros." El anciano buscó rápidamente en su mochila y de ella sacó unas bellotas de color dorado, dándoles una al caballero y otra a Lenna. "Caballero, no soltéis esta bellota, hará que se retrase la transformación."

El caballero y la joven se miraron asustados. "Sé lo que pensáis, pero aun tenemos algo de tiempo. Debemos hallar al unicornio antes de unas pocas horas, o vos, caballero, quedaréis transformado en un Argent para el momento en que la luna salga por el horizonte. No podréis moveros por el momento, pero al menos los demás seres del bosque no se os acercarán. Lenna, el unicornio que buscamos es el espíritu regente del bosque; ahora sólo ella puede librar al caballero de este destino. ¡Debemos darnos prisa!"  

[LennaSuace]

El caballero, aturdido, tomó la bellota y vió cómo se alejaban Sir Godofredo y Lenn. "Menudo lío en el que estoy. ¿Yo transformarme en un Argent?" al pensar en esto sintió la natural repulsión que los de su raza sentían ante semejante idea. "Deben encontrar un unicornio y, si no mal recuerdo, los unicornios sólo se dejan ver cuando quieren y de quien quieren" El caballero dudó, preocupado, que un unicornio se dejaría ver de una lahariense. La historia estaba marcada por los crímenes de esos monstruos, entre los que figuraba la casi extinción de esos fantásticos seres.

Mientras, Sir Godofredo y Lenn avanzaron rápidamente a través del Cuarto Creciente del Bosque. A su alrededor todo era nieve y plata y parecía más frío a cada paso. La cadena de fuego se había debilitado al no estar cerca el caballero, pero aún era suficientemente potente como para mantenerlos a salvo.

"Sir Godofredo, ¿tenéis idea de dónde encontrar al unicornio?" preguntó Lenn.  

[sir godofredo]

"Seré totalmente honesto con vos, mi estimada Lenna: lo único que sé es que habita en la región de la luna llena."

Su rostro estaba pálido y se le veía preocupado grandemente. "Hay algo más" dijo titubeante; "Lenna, los unicornios jamás hacen contacto con los seres de sexo masculino, y eso -evidentemente- me incluye".  

[LennaSuace]

Lenn no sabía si reírse o si sentirse preocupada por lo que había dicho Sir Godofredo. Ella sabía la historia de muerte que vinculaba los unicornios con los laharianos. Mantuvo la calma para no afligir más al anciano.

"Pues, es una fortuna haber venido" dijo aparentando optimismo "En caso que el unicornio muestre señales de capricho, y no quiera mostrarse ante mí, dejadme deciros que como lahariense de las montañas tengo la capacidad de percibirlos... o al menos estoy supuesta a hacerlo" Lenn estaba segura que Sir Godofredo comprendería que Lenn se refería al instinto de caza de los monstruos de Lahar.

Miró hacia delante y le pareció ver una especie de límite, donde la nieve y la plata se acumulaba. "Señor, ¿qué ocurre ahí?"  

[JKLmaster]

El caballero observando que ya nadie lo observaba, saco su libro de su caja y comenzo a buscar alguna información útil para su caso.

"con que eso necesito para librarme de esto confused , ¿me pregunto si me quedará algo?"

manteniendo la bellota en su mano el caballero comienza a revisar una bolsa que llevaba, "parece que ya lo ocupe¿Será que dependere de ellos ahora?, podria intentar cortarme la pierna, pero me dejaria en desventaja ante algun enemigo que aparezca, debe haber alguna otra forma, no me hubiera dejado venir sin darme los suficientes elementos y conocimientos para sobrevivir en este lugar" luego volvio a tomar el libro y volvio a buscar.  

[LennaSuace]

(*abraza a Master* Hola! ¡Qué gusto verte nuevamente! 4laugh 4laugh )  

[sir godofredo]

JKLmaster

El caballero observando que ya nadie lo observaba, saco su libro de su caja y comenzo a buscar alguna información útil para su caso.

"con que eso necesito para librarme de esto confused , ¿me pregunto si me quedará algo?"

manteniendo la bellota en su mano el caballero comienza a revisar una bolsa que llevaba, "parece que ya lo ocupe¿Será que dependere de ellos ahora?, podria intentar cortarme la pierna, pero me dejaria en desventaja ante algun enemigo que aparezca, debe haber alguna otra forma, no me hubiera dejado venir sin darme los suficientes elementos y conocimientos para sobrevivir en este lugar" luego volvio a tomar el libro y volvio a buscar.

((OOPS! Pensábamos que ya no volvías! Vamos a remediar un poco la situación...))

El caballero estaba revisando su libro cuando escuchó un ligero ruido a sus espaldas. Momentos después, una pequeña figura blanca cubierta de pelo y de enormes ojos amarillos le estaba observando desde el suelo.

"¿Quién eres?" le preguntó en una voz aguda pero delicada.