Welcome to Gaia! ::

LOS GUARDIANES DEL TIEMPO

Back to Guilds

 

Tags: Español, Spanish, Hispano, Latino 

Reply Platicas de Ocasion 🪁
LEYENDAS Y MITOS Goto Page: [] [<] 1 2 3 ... 4 5 [>] [»|]

Quick Reply

Enter both words below, separated by a space:

Can't read the text? Click here

Submit

  Si
  No
View Results

Aome Black

PostPosted: Wed Jul 18, 2007 10:33 pm
YO ME SE OTRA LEYEND DE LA LLORONA whee espero ponerla pronto heart heart porque ahorita ya es noche y la verdad no puedo contarla ha estas hr me dan ÑaÑaras whee whee whee crying  
PostPosted: Sat Jul 21, 2007 1:24 am
espero poder leerla  

Yeardley
Captain


LoKi0525

PostPosted: Wed Jul 25, 2007 9:43 am
hola!!!!
soy nuevo aqui y ps nada me interesan muchos los mitos y leyendas!!!
aunque creo que las criaturas a las que le dicen mitologicas algun dia existieron y no son mitos!!!
ps nada ese es mi punto de vista  
PostPosted: Wed Jul 25, 2007 11:32 pm
luego nos cuentas a q criaturas t refieres

aqui va una leyenda:

El Canancol
Cuénteme, don Nico: ¿por qué pone ese muñeco con esa piedra en la mano en medio de su milpa?, pregunté un día a un ancianito agricultor.
Su cara se animó con una sonrisa de niño, en tanto que me contestaba: Sé que usted no cree, pero le diré: soy pobre, muy pobre y no tengo quien me ayude a cuidar la milpa, pues casi siempre cuando llega la cosecha, me roban el fruto de mis esfuerzos. Este muñeco que ve no es un muñeco común; es algo más; cuando llega la noche toma fuerzas y ronda por todo el sembrado; es mi sirviente... Se llama Canancol y es parte mía, pues lleva mi sangre. El sólo me obedece a mí... soy su amo.

Don Nico siguió diciendo: Después de la quema de la milpa se trazan en ella dos diagonales para señalar el centro; se orienta la milpa del lado de Lakín (Oriente) y la entrada queda en esa dirección. Terminado esto, que siempre tiene que hacerlo un men (hechicero) se toma la cera necesaria de nueve colmenas, el tanto justo para recubrir el canancol, que tendrá un tamaño relacionado con la extensión de la milpa. Después de fabricado el muñeco, se le colocan los ojos, que son dos frijoles; sus dientes son maíces y sus uñas, ibes (frijoles blancos); se viste con holoch (brácteas que cubren las mazorcas). El canancol estará sentado sobre nueve trozos de yuca. Cada vez que el brujo ponga uno de aquellos órganos al muñeco, llamará a los cuatro vientos buenos y les rogará que sean benévolos con (aquí se dice el nombre del amo de la milpa), y le dirá, además, que es lo único con que cuenta para alimentar a sus hijos. Terminado el rito, el muñeco es ensalmado con hierbas y presentado al dios Sol y dado en ofrenda al dios de la lluvia; se queman hierbas de olor y anís y se mantiene el fuego sagrado por espacio de una hora; mientras tanto, el brujo reparte entre los concurrentes balché , que es un aguardiente muy embriagante, con el fin de que los humanos no se den cuenta de la bajada de los dioses a la tierra. Esta es cosa que sólo el men ve.

La ceremonia debe llevarse a efecto cuando el sol está en el medio cielo. Al llegar esta hora, el brujo da una cortada al dedo meñique del amo de la milpa, la exprime y deja caer nueve gotas de sangre en un agujero practicado en la mano derecha del muñeco, agujero que llega hasta el codo.

El men cierra el orificio de la mano del muñeco, y con voz imperativa y gesticulando a más no poder, dice a éste: Hoy comienza tu vida. Este (señalando al dueño), es tu señor y amo. Obediencia, canancol, obediencia... Que los dioses te castigarán si no cumples. Esta milpa es tuya. Debes castigar al intruso y al ladrón. Aquí está tu arma. Y en el acto coloca en la mano derecha del muñeco una piedra.

Durante la quema y el crecimiento de la milpa el canancol está cubierto con palmas de huano; pero cuando el fruto comienza a despuntar, se descubre... y cuenta la gente sencilla que el travieso o ladrón que trate de robar recibe pedradas mortales. Es por lo que en las milpas donde hay canancoles nunca roban nada.

Es tan firme esta creencia, que si por aquella época y lugar se encuentra herido algún animal, se culpa al canancol.

El dueño, al llegar a la milpa, toma sus precauciones y antes de entrar le silba tres veces, señal convenida; despacio se aproxima al muñeco y le quita la piedra de la mano; trabaja todo el día, y al caer la noche, vuelve a colocar la piedra en la mano del canancol, y al salir silba de nuevo. Cuando cae la noche, el canancol recorre el sembrado y hay quien asegura que para entretenerse, silba como el venado.

Después de la cosecha se hace un hanincol (comida de milpa) en honor del canancol; terminada la ceremonia se derrite el muñeco y la cera se utiliza para hacer velas, que se queman ya en el altar pagano, ya en el altar cristiano.

Y calló el viejecito después de haber hablado con acento de creyente perfecto.  

Yeardley
Captain


JKLmaster

4,550 Points
  • Treasure Hunter 100
  • Citizen 200
  • Junior Trader 100
PostPosted: Tue Oct 30, 2007 12:22 pm
La Añañuca

La Añañuca es una flor típica de la zona norte de Chile, que crece específicamente entre Copiapó y el valle de Quilimarí, en la región de Coquimbo. Pocos saben que su nombre proviene de una triste historia de amor...

Los habitantes de esta región narran el asombroso relato de la Añañuca y cómo floreció en esas tierras por primera vez a través de una conocida leyenda.

Cuentan que en tiempos previos a la Independencia, cuando el Monte Patria de la tierra alta todavía se conocía como Monte Rey, habitaba allí una flor de carne y hueso, una bella joven indígena de nombre Añañuca.

Añañuca era tan hermosa que todos los hombres querían conquistarla, pero nadie lograba adueñarse de su corazón.

Así transcurría el tiempo, hasta que un día, llegó al pueblo un joven minero, gallardo y buen mozo que pasaba por allí en busca de un tesoro. El joven quedó prendado de la belleza de Añañuca, y lo mismo le sucedió a ella con él. Los dos, perdidamente enamorados, decidieron unir sus vidas y vivieron felices durante un tiempo.

Pero una noche, el joven tuvo un sueño en el que un duende le avisaba del lugar secreto donde se encontraba el tesoro que por tanto tiempo había buscado.

A la mañana siguiente, el muchacho partió en su busca, sin avisarle a nadie, ni siquiera a su esposa. Pasaron los días, las semanas, los meses, y el joven minero nunca regresó.

Se llegó a la conclusión que su joven esposo había sido víctima del espejismo de la pampa, o de algún temporal, causando su desaparición y presuntamente, su muerte.

Con un dolor tan inmenso que no le cabía en el pecho por la pérdida de su amado, Añañuca perdió las ganas de vivir y finalmente, también murió.

Un día de incansable y suave lluvia, los pobladores llevaron el cuerpo de la joven a su sepultura en un lugar de la montaña, pues pensaron que ella así lo hubiera querido. Pero al día siguiente, con la salida del sol, los mismos vecinos amanecieron y presenciaron un sorprendente suceso. El lugar del valle donde había yacido el cuerpo de la joven, estaba ahora cubierto por una abundante capa de hermosísimas flores rojas.

Es por ello que la leyenda asegura que Añañuca se convirtió en flor, como un gesto de amor a su amado, pues de esta manera permanecería siempre cerca de él.

Así fue que se otorgó, a esta bella y desconocida flor, el nombre de Añañuca, flor a la que actualmente también se le conoce como "flor de la sangre", tanto por su color, como por la tragedia y pérdida de dos jóvenes vidas.

Una variación de esta leyenda cuenta que el joven era un soldado de origen español, que se enamoró de la princesa indígena a pesar de las barreras que les separaban, cautivado por su belleza.

Una noche, soldados que desaprobaban la conducta del joven, lo siguieron hasta encontrar el lugar donde se veían a escondidas y lo apartaron del lado de la joven, dejándola inconsciente.

Añañuca decidió ir tras su amado, pues sabía que se lo habían llevado por el desierto rumbo a Perú. Durante días, soportó el frío punzante de la noche y el insoportable calor del día, andando hasta que las piedras del camino le hicieran heridas en los pies, dejando a su paso, un camino de sangre.

Nunca se rindió. Su sufrimiento era demasiado, pero seguía adelante, hasta que sus fuerzas la abandonaron y cayó sin vida en medio del desierto, en un lugar entre Copiapó y Vallenar.

Cuentan que la arena y el viento envolvieron su cuerpo, y ese mismo año, ocurrió el milagro. Al llegar septiembre, el camino de sangre se había cubierto de flores rojas, a las que se les bautizó con el nombre de Añañucas.

Así, la Añañuca, además de ser una flor única, bella y delicada, representa una triste leyenda pero a la vez una gran historia de amor.  
PostPosted: Mon Nov 05, 2007 1:13 am
esa no la sabia xd

El Hanincol

Mucho tiempo perdí tratando de concurrir a una ceremonia india, a una hanincol (comida de milpa) que hacen los mayas con el objeto, unas veces, de agradar a los dioses, y otras, de desagraviarlos. Había rogado a los hechicero que me permitieran la entrada, pero todos se habían negado porque yo también me había negado a que me santiguaran: (santiguar es someter a una persona a ciertos baños, con hierbas, hechicerías, etc.) En las ceremonias de las comidas de milpa se admite a mujeres cuando se va repartir el alimento. Al fin me resolví a todo y lo comuniqué al men. Así fue como logré concurrir a la comida. Y ahora les narraré lo que ví; lo que oí no, pues fue todo en maya, idioma que no entiendo.
La ceremonia se hizo en un pueblo llamado San Juan Bautista Sahcabchén o Alto Sahcabchén, por estar ubicado en la cresta de un cerro de roca viva.

El maestro de la escuela, un joven llamado Mario Flores Barrera, me avisó con anticipación; llena de alegría caminé a caballo toda la noche en que la Luna plateaba los árboles y alumbraba el camino.

Llegué al amanecer. Allá arriba estaba el pueblo. Subí a él, llamé a una puerta y al punto asomó su risueña cara el maestro, que me saludó.

Hoy será la fiesta, me dijo con acento de satisfacción. Nos desayunamos con pan y café y luego me llevó a la casa del men, quien me recibió solícito, pero desconfiado.
¿Está resuelta a le santigüen?, me preguntó.
El maestro me miró, incrédulo de que pudiera aceptar eso.

Sí le respondí, y en pocos minutos quedé santiguada y oliendo a romero y ruda.

Salimos los tres y nos sentamos en el brocal de un pozo, y el hechicero contestó así mi interrogatorio.
-¿Por qué harán el hanincol?
-Para desagraviar a los dioses.

El dueño de la milpa que se ha de sembrar tiene un hijo enfermo, señal del disgusto de del Nohoch-Tat (Gran Señor).

Luego me enseñó varias palabras mayas, el nombre de los vientos, etc., para que pudiera entender, y me llevó a la casa donde el muchacho estaba enfermo.
¿Quiere verlo?, me dijo. Sí le respondí.
En una hamaca estaba el joven calenturiento. El men le preguntó por su salud, y él casi no contestó. Su ánimo estaba caído más que por la fiebre, por el temor de que le hubiera castigado el dueño del monte. El men sacó de su morral un bollo de pozole lleno de moho que de amarillo pasa a verde. Lo mezcló con agua, lo endulzó con miel y se lo dio al enfermo.

Las mujeres de la casa, durante la noche, mojan maíz y lo muelen en metates para hacer una bebida refrescante llamada sacab. Este se reparte entre los que van a asistir a la ceremonia.

En la ocasión a que me refiero me dieron una ración, por la cual me sentí invitada. Marchamos luego a la ceremonia o que diga, adonde iba a efectuarse.

El dueño de la sementera y sus trabajadores estaban ocupados. Unos abrían una fosa en la tierra; otros, en grandes calderos cocían maíz, frijol y tostaban semillas de calabaza, que molían luego para formar una masa de estos tres productos, la cual recogían en bolas.

Teniendo ya las bolas sobre hojas de roble o plátano, se extiende primero la masa de maíz haciendo una tortilla grande y se forma una de semilla de calabaza: luego, una de frijol, y así sucesivamente, hasta llegar a nueve.

Estos huahes (panes) se envuelven en las mismas hojas; uno de ellos es más grande que los otros. Mientras esto se lleva a efecto, en la fosa abierta se ha colocado gran cantidad de leña , que arde y calienta casi hasta calcinar algunas piedras grandes. Por otro lado, en ollas también grandes se cuecen pavos y gallinas, y en un caldero se hace el cool (atole salado). En un caldero se pone el caldo de gallina y pavos, destinado a preparar el chocó; (caliente).

El men, con toda parsimonia, toma dos velas que enciende, y, seguido de unos hombres que llevan en tablas los huanes (panes) y de todos los invitados, llega a la ardiente fosa. Y dice así: lakín-ik, xikín-ik, nohol-ik, xamán-can (vientos del oriente, del poniente, del sur y del norte; sed benévolos). Luego hace mil contorsiones, brinca de un lado para otro de la fosa, saca con las manos, del fuego, las candentes piedras, y sólo deja unas en el fondo, sobre las cuales se colocan los panes. Las piedras extraídas se acomodan encima y se recubre la fosa con tierra y gajos de roble.

Retornan el brujo y su comitiva al lugar primitivo, donde se ha colocado una mesa, que tiene encima una cruz cristiana, tres velas grandes, tres medianas y tres chicas. También hay incienso, rudas, albahacas, flores, dulces, cigarrillos, etc.

Se han llevado ala mesa los pavos y las gallinas condimentadas y cocidas. Debajo de la mesa está el gran caldero de cool, el jugo de gallina y pavos, etc.

El men parece perder su personalidad de hombre, y en medio de gesticulaciones y contorsiones, conjura a los vientos malos y llama a los buenos; levanta en sus manos las ramas de albahaca y ruda, y blandiendo la cruz cristiana aleja a los vientos malos. como regalo a los buenos arroja a los cuatro vientos jicaradas de miel y balché. Luego cae en éxtasis, oculta su rostro entre las manos, y tomando enseguida el inciensario, marcha hacia la fosa; al llegar a ésta levanta aquél al cielo y muchas manos de hombres destapan la fosa, de donde extraen los huanes.

Todas caminan hacia la mesa y el brujo cierra la procesión.

El pan más grande es el que se pone en una mesita aparte. Apenas desenvuelto, muchas manos arrancan trozos, hirvientes aún y los depositan en el caldo de pavos y gallinas, donde otras manos lo baten y disuelven. Así se prepara el chocó . Terminado esto, el men reparte entre los concurrentes balché en jicaritas. Hay que tomarlo, pues es malo tirarlo o despreciarlo.

Luego el hechicero da a cada persona presente un cigarro gigante, al que debe darse dos o tres fumadas. Esos cigarros son recogidos por un brujo en hojas de almendro o higuerilla, con el fin de que sus manos no los toquen, los lleva ala mesa y los riega con brebajes. Inmediatamente se toma a todos los niños que han asistido a la ceremonia y se les pone de rodillas, con las manos cruzadas sobre el pecho.El men les da balché dulce, chocó , cool, dulces, trozos de pavos, pero todo en la boca. (Los niños representan a los aluxes, y el men les da de comer con la mano, ellos no pueden tocar nada con las manos). Terminada esa comida, se aleja a los niños, y con una jícara grande se pone una buena ración de todo lo que hay, de lo mejor, un gran trozo de pan y los cigarros, todo lo cual toma el men pues es la ofrenda destinada al Nohoch-Tat (padre o dueño del monte). El hechicero llega a la fosa y en el centro de ella coloca la jícara grande y todo lo demás.

A una señal del men la fosa es cubierta de tierra y casi ni queda señal de ella. Se cree que durante la noche el dueño del bosque tiene allá su banquete, y que sus hijos, los aluxes le hacen compañía y fuman en rueda sus cigarros.

Cuando el men vuelve al lugar de la comida, todo se transforma en fiesta, se reparte lo que aún queda, se da al dueño de la milpa, a sus hijos y trabajadores, de todo lo que hay, y luego a los visitantes. Esta es ya la comida terrenal. Todos comen, todos beben. El men viene a mí con una pierna de pavo en la mano y me dice: ¿No come?, y me trae un trozo de muslo de pavo.

Yo estaba sentada en una hamaca suspendida en medio de dos árboles, especialmente para mí, frente a la mesa de la ceremonia. Era tal mi proximidad a la mesa, que materialmente estaba bañada en miel y balché, pues me salpicó el men cuando arrojó esos líquidos al aire.

Terminó la ceremonia -me dijo el men-. El enfermo está curado.

Entre los comensales vi a Pedro, que comía y reía con mucha gana.

Pedro -dijo el men- ven aquí, pues quería demostrarme su poder. El muchacho obedeció la orden. Ya no tenía calentura y había recobrado la salud.

En ese momento di la razón al men y al enfermo. Estaba curado. Había que reconocerlo.

Mas luego pensé que ese hombre sagaz aprovechaba la ignorancia y fe de los descendientes de los xius y cocomes.

Me retiré pensativa. Soy una de los que creen que lo más de los indios mayas no padecen ciertas enfermedades gracias a que ingieren frecuentemente, las dosis de penicilina que se encuentran en el moho del pozole, que siempre comen con sal en sus milpas.

¿Se curó el muchacho? ¿Sería por el favor de los dioses o por la acción de la medicina que le dio el men en el pozole?

Tal vez ni el hechicero lo sepa. Tal pensaba yo después de la peregrina ceremonia que me dejó la impresión de un sueño fantástico.
 

Yeardley
Captain


JKLmaster

4,550 Points
  • Treasure Hunter 100
  • Citizen 200
  • Junior Trader 100
PostPosted: Mon Nov 05, 2007 5:16 am
La calchona

La leyenda dice que la Calchona originalmente fue una bruja que tenía un matrimonio y dos hijos pequeños; teniendo su hogar en un campo de la zona central de Chile. Sin embargo, su familia no sabía la verdad sobre que ella practicaba la brujería. En su hogar ella escondía varios frascos que contenían unos mágicos ungüentos (cremas), que al aplicarlas sobre una persona, permitían transformar un ser humano en el animal que eligiese.

Se dice que todas las noches usar su poder para que su marido e hijos no se despertasen en toda la noche, y por razones que se desconocen, la Calchona posteriormente realizaba el extraño rito de colocarse los mágicos ungüentos para transformarse en una gran oveja negra y salir a pasear por los campos hasta la madrugada; y recobrando su forma humana al volver a aplicarse sus ungüentos.

Pero sucedió que un día que se le olvido realizar el hechizo para hacer dormir; y debido a ello sus hijos la vieron transformarse. Al ver la asombrosa transformación, ellos queriendo imitar a su madre se pusieron los ungüentos, transformándose en zorritos. Pero luego de realizada la transformación se dieron cuenta que no sabían como volver a ser niños, y por ello convertidos en estos animalitos se pusieron a llorar amargamente. Producto de los llantos, el padre también se despertó, pero su sorpresa fue enorme al no encontrar a su esposa e hijos; y ver en su lugar solamente a aquellos pequeños animales.

Producto del amor a sus hijos y las historias que había escuchado sobre los ungüentos que utilizaban las brujas, logró imaginarse que aquellos frascos pudieran contener algun tipo de ungüento mágico y que aquellos zorritos eran posiblemente su familia. Así decidió probar aquellos ungüentos en los zorritos, los cuales inmediatamente se transformaron nuevamente en niños. Luego los niños le contaron que era su madre la dueña de los ungüentos. El padre asustado y para evitar que les volviera a ocurrir lo mismo a sus hijos, decidió tirar el ungüento en las aguas de un río y alejarse todos de la casa.

Posteriormente al regresar la Calchona a su casa, y aun estando convertida en una oveja negra, al ver que no estaba su marido e hijos, asustada comenzó a buscar sus ungüentos por toda la casa y sus alrededores; encontrando solamente los frascos casi vacíos. Así ella muy afligida, trato de utilizar los restos de ungüento para transformarse nuevamente en ser humano; pero para solo le alcanzo para tránsformar sus manos, rostro y cabello a su forma humana. Quedando para siempre convertida en ese animal mitológico.

Por eso, cuando en las noches los campesinos sienten balar una oveja que vaga sola por los campos, ellos saben que se trataría de la mítica calchona; y como tradición se acostumbraría dejarle un plato con comida para que se alimente, ya que se dice que la calchona es totalmente inofensiva y estaría arrepentida de sus antiguos actos de brujería.  
PostPosted: Mon Nov 05, 2007 5:24 am
El ChonChón
(Los no-mapuches la llaman Tué-Tué)

El Chonchón se presenta como una extraña ave de plumas color gris ceniciento, formada a partir de una horrible cabeza humana; de la que nacería garras afiladas y unas enormes orejas que usa a modo de alas para volar. Esta criatura emitiría un fatídico grito que sonaría tué, tué.

Originalmente en la cultura Mapuche, la leyenda se refería como Chonchón a la transformación que realizaría el Calcu; el cual practica el mal con la ayuda de los espíritu wekufe. Posteriormente al ser asimilada esta creencia a la tradición de la colonia de Chile y de algunas zonas de Argentina, la transformación a Chonchón sería asociada al poder de las brujas y brujos que sirven al diablo.

Cuenta la leyenda que el Chonchón es una presencia malígna y muy temida en las zonas rurales de Chile y parte de Argentina. El miedo a esta criatura se debe a que ésta sería realmente un Calcu (mapuche que practica el mal con espíritus), o una bruja o brujo poderoso que conoce el secreto de los Calcu sobre al misterioso poder de volar transformados en el temido Chonchón.

El Calcu o el brujo/bruja realizaría la transformación en Chonchón untándose un mágico ungüento (crema) en la garganta.
Este mágico ungüento haría que se le desprenda la cabeza del resto del cuerpo adquiriendo esta un plumaje, garras afiladas y grandes orejas se transformarían en alas para poder volar; y si lo desea y es poderoso, podría realizar una transformación completa para adquirir la forma de una especie de búho o lechuza. Así podría dejar el cuerpo en su casa y realizar fácilmente sus actividades malígnas.
En el caso de los brujos o brujas, al momento de comenzar el vuelo además recitarían la siguiente frase Sin Dios ni Santa María, con lo cual el diablo les otorgaría más poder; pero si por equivocación recitan otras palabras, sufriría una gran caída.

Al transformarse el Calcu o el brujo/bruja dejando su cuerpo en su casa, debe siempre recordar que es necesario tener otro mágico ungüento para volver a su forma humana. Si se le perdiera, ocultara o destruyen su ungüento, el Chonchón volaría en picada hacia el suelo para matarse; ya que no soportaría el destino de quedar transformado para siempre en Chonchón, y en el suelo solo quedaría el cadaver de una lechuza o búho.

La transformación a Chonchón la realizarían siempre de noche, aunque su presencia sería delatada por su fatídico y temido grito de tué, tué. El principal objetivo de la transformación en Chonchón sería para obtener agilidad para moverse. Mediante esta forma se dirigirían hacia las reuniones que realizarían estos tipos de calcu o brujos/brujas. Igualmente como Chonchón recorrerían los lugares donde desearía hacer daño o enfermedad, revoloteando alrededor de la casa, o en el peor de los casos entraría a la habitación del enfermo, donde lucharía con el espíritu del enfermo; para que este no pueda protegerse y así el Chonchón pueda tranquilamente chupar su sangre, lo que al poco tiempo podría ocasionar la muerte del enfermo si no actuaban rápidamente. Es por ello que cuando los campesinos escuchan el gritos persistentes de tué, tué, significa que el odiado Chonchón ha salido a anunciar que se puede producir una futura muerte de algún ser querido.  

JKLmaster

4,550 Points
  • Treasure Hunter 100
  • Citizen 200
  • Junior Trader 100

Alba Lux

PostPosted: Mon Nov 05, 2007 10:36 am
mijita
la llorona



En varias leyendas de la cultura latinoamericana se nombra a la "Llorona", por un motivo o por otro se ha repetido el mito; por desgracia, en esta ocasi�n concreta, obedece a una historia real ocurrida hace m�s de tres d�cadas.
En un gran accidente, una madre y sus hijos sufren graves heridas por causa de un automovilista que se dio a la fuga; del padre de las criaturas nunca se ha sabido nada, no los acompa�aba en aquella desgraciada ocasi�n y se dice que al hospital tampoco fue.
Ella, gravemente herida, queda en estado de coma, aparentemente sin posibilidad de recuperaci�n; pero sus dos hijos no resisten la gravedad de sus lesiones y fallecen a los pocos d�as de haber sido ingresados.

Pasados dos a�os, la mujer despierta de manera casi milagrosa del coma. Lo primero que hace al recobrar la conciencia es preguntar por sus hijos; de la mejor manera posible, se le da la triste noticia. Ella no puede creerlo, se trastorna por la desesperaci�n de haberlos perdido; al no poder encontrar consuelo alguno, pone fin a sus d�as, ahorc�ndose de un �rbol, junto a las tumbas de sus peque�os.
Desde entonces, hay personas que aseguran que en las noches de invierno y navidad vaga por los oscuros pasillos del cementerio, con su cuello dislocado, �la Llorona�, buscando a sus hijos. Se dice que s�lo los hombres pueden escuchar su llanto.


Muy hermosa historia... no la conocía. Pero además me obliga a hacer otra pregunta... ¿eres tica? Porque el Rincón de la Vieja es un volcán que se encuentra en Guanacaste, Costa Rica.

Si es así, ¡saludos paisana!  
PostPosted: Mon Nov 05, 2007 1:59 pm
EL CABALLO MARINO

Parecido a un caballo corriente, pero de largo hocico, con patas en forma de aletas y una firme cola propulsora, semejante a la cola de un pez, los Caballos Marinos habitan en gran cantidad en los mares frente a la Costa Occidental de la Isla Grande de Chiloé. Se alimentan de algas marinas, especialmente de luche y cochayuyo, por lo cual se explica su color verdoso amarillento obscuro.

Sólo los Brujos pueden ver a los Caballos Marinos, y por eso son ellos quienes pueden aprovechar los servicios de estos hermosos animales.

Como es sabido los Brujos tienen la capacidad de volar, ya sea usando el Macuñ, o transformándose en algún tipo de ave. Sin embargo las leyes de la Brujería, le impiden utilizar estos métodos para llegar al Caleuche, del cual forman una importante parte de la tripulación. Para abordar el Caleuche sólo se le autoriza usar a los Caballos Marinos como medio de transporte.

Durante los recorridos submarinos del Caleuche, los Brujos aprovechan la oportunidad para elegir Caballos Marinos de su grado, a los cuales le colocan su marca para que el animal quede en forma permanente a su servicio.

Cuando el brujo necesita viajar en el Caballo Marino, se acerca a la orilla del mar y lanza cuatro silbidos especiales. Con el último silbido, aparece el Caballo marino siempre fiel y atento al llamado de su amo, el cual se acerca al brujo, entonces éste lo enlaza con una cuerda hecha de sargazo y le palmotea las ancas, para luego subirse al suave lomo del animal. Luego el Caballo Marino se desliza velozmente tras el Caleuche, dejando una estela en la superficie de las aguas y adelantándose a cualquier otra criatura marina.

Cada brujo puede tener más de un Caballo Marino. Los hay pequeños para uso personal, y otros tan grandes que pueden transportar comitivas completas de 13 Brujos.

Los caballos marinos tiene una corta vida de sólo 4 años y cuando mueren se convierte en gelatina, que luego se disuelve en el mar.





Como alguien ya hablo del caleuche me reservare su historia.  

JKLmaster

4,550 Points
  • Treasure Hunter 100
  • Citizen 200
  • Junior Trader 100

Yeardley
Captain

PostPosted: Tue Nov 06, 2007 12:48 am
La piel del venado

Leyenda Maya
Los mayas cuentan que hubo una época en la cual la piel del venado era distinta a como hoy la conocemos. En ese tiempo, tenía un color muy claro, por eso el venado podía verse con mucha facilidad desde cualquier parte del monte. Gracias a ello, era presa fácil para los cazadores, quienes apreciaban mucho el sabor de su carne y la resistencia de su piel, que usaban en la construcción de escudos para los guerreros. Por esas razones, el venado era muy perseguido y estuvo a punto de desaparecer de El Mayab.

Pero un día, un pequeño venado bebía agua cuando escuchó voces extrañas; al voltear vio que era un grupo de cazadores que disparaban sus flechas contra él. Muy asustado, el cervatillo corrió tan veloz como se lo permitían sus patas, pero sus perseguidores casi lo atrapaban. Justo cuando una flecha iba a herirlo, resbaló y cayó dentro de una cueva oculta por matorrales.

En esta cueva vivían tres genios buenos, quienes escucharon al venado quejarse, ya que se había lastimado una pata al caer. Compadecidos por el sufrimiento del animal, los genios aliviaron sus heridas y le permitieron esconderse unos días. El cervatillo estaba muy agradecido y no se cansaba de lamer las manos de sus protectores, así que los genios le tomaron cariño.



En unos días, el animal sanó y ya podía irse de la cueva. Se despidió de los tres genios, pero antes de que se fuera, uno de ellos le dijo:
—¡Espera! No te vayas aún; queremos concederte un don, pídenos lo que más desees.

El cervatillo lo pensó un rato y después les dijo con seriedad:
—Lo que más deseo es que los venados estemos protegidos de los hombres, ¿ustedes pueden ayudarme?

—Claro que sí —aseguraron los genios. Luego, lo acompañaron fuera de la cueva. Entonces uno de los genios tomó un poco de tierra y la echó sobre la piel del venado, al mismo tiempo que otro de ellos le pidió al sol que sus rayos cambiaran de color al animal. Poco a poco, la piel del cervatillo dejó de ser clara y se llenó de manchas, hasta que tuvo el mismo tono que la tierra que cubre el suelo de El Mayab. En ese momento, el tercer genio dijo:
—A partir de hoy, la piel de los venados tendrá el color de nuestra tierra y con ella será confundida. Así los venados se ocultarán de los cazadores, pero si un día están en peligro, podrán entrar a lo más profundo de las cuevas, allí nadie los encontrará.

El cervatillo agradeció a los genios el favor que le hicieron y corrió a darles la noticia a sus compañeros. Desde ese día, la piel del venado representa a El Mayab: su color es el de la tierra y las manchas que la cubren son como la entrada de las cuevas. Todavía hoy, los venados sienten gratitud hacia los genios, pues por el don que les dieron muchos de ellos lograron escapar de los cazadores y todavía habitan la tierra de los mayas.
 
PostPosted: Tue Nov 06, 2007 1:44 pm
El Invunche

Se dice que cuando los brujos necesitan de un cuidador para su cueva, raptan al primogénito de alguna familia. También se cree que muchas veces es el mismo padre quien vende al niño o lo regala, a cambio de favores de parte de los brujos.

Este niño es el Invunche, a quien los hechiceros deforman quebrándole una pierna, la que luego le tuercen sobre su espalda. También le doblan la cabeza hacia atrás y sus orejas, boca, nariz y dedos son torcidos igualmente. Además, le aplican sobre su espalda un ungüento que le hace crecer un pelo grueso.

Para caminar se apoya en su pierna buena y en sus dos brazos y manos, por lo que se dice que anda en tres patas. El Invunche no puede hablar y solo emite sonidos guturales y desagradables parecidos al balar de un chivo. Además, los brujos le parten la lengua en dos, para que no pueda revelar los secretos de su secta; existen historias sobre invunches que lloran bajo la Luna, como si recordaran a su familia.

Se dice que los brujos alimentan al niño con carne de difuntos. Se dice también que primero le dan leche de "gata" (Esto no significa leche de felino, sino que se refiere a la leche de una nodriza india); cuando el Invunche es un poco mas grandecito le dan carne de "cabrito" (carne de niño), y por último carne de "chivo" (persona adulta). Los alimentos deben serle servidos solo por los brujos.

Su función es proteger la entrada de la Cueva de los Brujos, participar en algunos rituales y arbitrar como un patriarca en algunos juicios.

Si bien debe permanecer en su puesto, en ocasiones el Invunche sale, cuando escasea el alimento o cuando los brujos lo utilizan como un asesino a larga distancia para aquellos que se atreven a interponerse en el camino de los hechiceros.

El Invunche saldría de la cueva contadas veces, cuando se cambia ésta, ha sido destruida, o descubierta; y en ocasiones cuando los brujos necesitan de él; para ello lo llevarían azotando hasta el lugar donde se van a cambiar o quieren causar el daño. Durante el camino iría dando gritos que aterran a los habitantes del lugar, y con ello les anunciaría alguna próxima desgracia; en otras ocasiones lo sacan los brujos para llevarlo a otro distrito, donde se celebraría Consejo de Brujos de dos o más jurisdicciones.

Las leyendas chilotas dicen que además el Invunche seria una especie de consultor de los brujos de Chiloé ya que, a pesar de no ser iniciado en brujería, ha adquirido una infinidad de conocimientos durante su vida en la cueva. Además sería usado como un instrumento para sus venganzas o maleficios.

Si alguien desea penetrar a la cueva vigilada por el Invunche, primero debe hacer una reverencia al Invunche y darle un beso en el ano.  

JKLmaster

4,550 Points
  • Treasure Hunter 100
  • Citizen 200
  • Junior Trader 100

Yeardley
Captain

PostPosted: Tue Nov 06, 2007 11:18 pm
"La Azucena del bosque"

Hace muchos, muchos años, había una región de la tierra donde el hombre aún no había llegado. Cierta vez pasó por allí I-Yará (dueño de las aguas) uno de los principales ayudantes de Tupá (dios bueno). Se sorprendió mucho al ver despoblado un lugar tan hermoso, y decidió llevar a Tupá un trozo de tierra de ese lugar. Con ella, amasándola y dándole forma humana, el dios bueno creó dos hombres destinados a poblar la región.

Como uno fuera blanco, lo llamó Morotí, y al otro Pitá, pues era de color rojizo.

Estos hombres necesitaban esposas para formar sus familias, y Tupá encargó a I-Yará que amasase dos mujeres.

Así lo hizo el Dueño de las aguas y al poco tiempo, felices y contentas, vivían las dos parejas en el bosque, gozando de las bellezas del lugar, alimentándose de raíces y de frutas y dando hijos que aumentaban la población de ese sitio, amándose todos y ayudándose unos a otros.

En esta forma hubieran continuado siempre, si un hecho casual no hubiese cambiado su modo de vivir.

Un día que se encontraba Pitá cortando frutos de tacú (algarrobo) apareció junto a una roca un animal que parecía querer atacarlo. Para defenderse, Pitá tomó una gran piedra y se la arrojó con fuerza, pero en lugar de alcanzarlo, la piedra dio contra la roca, y al chocar saltaron algunas chispas.

Este era un fenómeno desconocido hasta entonces y Pitá, al notar el hermoso efecto producido por el choque de las dos piedras volvió a repetir una y muchas veces la operación, hasta convencerse de que siempre se producían las mismas vistosas luces. En esta forma descubrió el fuego.

Cierta vez, Moroti para defenderse, tuvo que dar muerte a un pecarí (cerdo salvaje - jabalí) y como no acostumbraban comer carne, no supo qué hacer con él.

Al ver que Pitá había encendido un hermoso fuego, se le ocurrió arrojar en él al animal muerto. Al rato se desprendió de la carne un olor que a Morotí le pareció apetitoso, y la probó. No se había equivocado: el gusto era tan agradable como el olor. La dio a probar a Pitá, a las mujeres de ambos, y a todos les resultó muy sabrosa.

Desde ese día desdeñaron las raíces y las frutas a las qué habían sido tan afectos hasta entonces, y se dedicaron a cazar animales para comer.

La fuerza y la destreza de algunos de ellos, los obligaron a aguzar su inteligencia y se ingeniaron en la construcción de armas que les sirvieron para vencer a esos animales y para defenderse de los ataques de los otros. En esa forma inventaron el arco, la flecha y la lanza. Entre las dos familias nació una rivalidad que nadie hubiera creído posible hasta entonces: la cantidad de animales cazados, la mayor destreza demostrada en el manejo de las armas, la mejor puntería... todo fue motivo de envidia y discusión entre los hermanos.

Tan grande fue el rencor, tanto el odio que llegaron a sentir unos contra otros, que decidieron separarse, y Morotí, con su familia, se alejó del hermoso lugar donde vivieran unidos los hermanos, hasta que la codicia, mala consejera, se encargó de separarlos. Y eligió para vivir el otro extremo del bosque, donde ni siquiera llegaran noticias de Pitá y de su familia.

Tupá decidió entonces castigarlos. El los había creado hermanos para que, como tales, vivieran amándose y gozando de tranquilidad y bienestar; pero ellos no habían sabido corresponder a favor tan grande y debían sufrir las consecuencias.

El castigo serviría de ejemplo para todos los que en adelante olvidaran que Tupá los había puesto en el mundo para vivir en paz y para amarse los unos a los otros.

El día siguiente al de la separación amaneció tormentoso. Nubes negras se recortaban entre los árboles y el trueno hacía estremecer de rato en rato con su sordo rezongo. Los relámpagos cruzaban el cielo como víboras de fuego. Llovió copiosamente durante varios días. Todos vieron en esto un mal presagio.

Después de tres días vividos en continuo espanto, la tormenta pasó.

Cuando hubo aclarado, vieron bajar de un tacú (algarrobo) del bosque, un enano de enorme cabeza y larga barba blanca.

Era I-Yará que había tomado esa forma para cumplir un mandato d e Tupá.

Llamó a todas las tribus de las cercanías y las reunió en un claro del bosque. Allí les habló de esta manera:

Tupá, nuestro creador y amo, me envía. La cólera se ha apoderado de él al conocer la ingratitud de vosotros, hombres. Él los creó hermanos para que la paz y el amor guiaran vuestras vidas... pero la codicia pudo más que vuestros buenos sentimientos y os dejasteis llevar por la intriga y la envidia. Tupá me manda para que hagáis la paz entre vosotros: iPitá! iMoroti! ¡Abrazaos, Tupá lo manda!

Arrepentidos y avergonzados, los dos hermanos se confundieron en un abrazo, y tos que presenciaban la escena vieron que, poco a poco, iban perdiendo sus formas humanas y cada vez más unidos, se convertían en un tallo que crecía y crecía ...

Este tallo se convirtió en una planta que dio hermosas azucenas moradas. A medida que el tiempo transcurría, las flores iban perdiendo su color, aclarándose hasta llegar a ser blancas por completo. Eran Pitá (rojo) y Morotí (blanco) que, convertidos en flores, simbolizaban la unión y la paz entre los hermanos.

Ese arbusto, creado por Tupá para recordar a los hombres que deben vivir unidos por el amor fraternal, es la "AZUCENA DEL BOSQUE".
 
PostPosted: Wed Nov 07, 2007 4:40 am
El hombre que jamás durmió.

Al principio, la cosa era una curiosidad para unos pocos. Los vecinos de Alphonce Herpin conocían la historia desde hacía tiempo, y la tomaban como algo que formaban parte de sus vidas de manera natural. Iban a visitarlo de vez en cuando y hablaban con el. Alphonse siempre tenía tiempo, en rigor de verdad, le sobraba. Porque nunca había dormido. En los primeros años de la década de los ´40 llegaron, atraídos por el rumor, los primeros médicos. Lo veían en su más que humilde casita de cartón prensado de las afueras de Trento, Nueva Yérsey, EE UU. Por entonces era ya un anciano pero conservaba cierta jovialidad y buen trato. Una mesa de madera rugosa y una vieja mecedora eran los únicos muebles que él tenía. Ni cama , ni catre ni colchón, ni nada que sirviera para acostarse allí. Era la primera prueba, aunque no concluyentes, de que en efecto ese hombre jamás dormía. Él mismo les contó a los profesionales que la versión era cierta y que jamás en su vida había dormido ni siquiera una horita de siesta. A lo sumo se sentaba en la mecedora y se quedaba allí por un corto tiempo, sin cerrar los ojos, dejándose reposar, luego volvía normalmente a su trabajo como albañil, con el que había logrado su sustento durante toda su existencia.
Desde el punto de vista científico aquello no era algo raro, si no, sencillamente imposible para cualquier humano. No se puede sobrevivir mucho sin dormir. Se sabe que todo el mundo tiene que hacerlo de manera imprescindible, no solo para darle descanso al cuerpo sino, también para darle alimento a su mente. Dormir equivale a comer, beber o respirar, no se puede prescindir de eso. Cada órgano está hecho de tal forma, que requiere sin vueltas, su descanso. Sin embargo, esos primeros médicos comprobaron que Alphonse no mentía. El testimonio público que hicieron empujó a docenas de colegas hasta aquel pueblo de Nueva Yérsey. Y luego a cientos de turistas. Los habitantes del lugar hicieron su agosto alquilando albergues, abriendo fondas y tabernas, guiando a los visitantes y hasta vendiendo souvenirs, que incluirían frasquitos de la tierra de ese poblado. Todo el mundo, turnándose empecinadamente para vigilar al fenómeno, pudo comprobar que no había fraude: ese hombre no dormía jamás y nunca lo hizo en su vida. Mimado por quienes llegaban hasta allí, Alphonse murió el 3 de enero de 1947, feliz por toda la compañía cariñosa. Al fin se durmió -y para siempre- por primera vez en su existencia. Tenía 94 años de edad. Nunca tuvo una explicación racional para lo suyo.


QUE SERA

MITO?
O
LEYENDA
 

xlx_Neo_xlx


JKLmaster

4,550 Points
  • Treasure Hunter 100
  • Citizen 200
  • Junior Trader 100
PostPosted: Wed Nov 07, 2007 5:32 am
Yeardley la Azucena del bosque la habian puesto ya.  
Reply
Platicas de Ocasion 🪁

Goto Page: [] [<] 1 2 3 ... 4 5 [>] [»|]
 
Manage Your Items
Other Stuff
Get GCash
Offers
Get Items
More Items
Where Everyone Hangs Out
Other Community Areas
Virtual Spaces
Fun Stuff
Gaia's Games
Mini-Games
Play with GCash
Play with Platinum